Jack llega a Australia. Los corderos gemelos. En marcha hacia Wandoo. Wandoo. La vuelta de los corderos. En el patio. Ida, vuelta y varias cartas. De vuelta por navidad. Vísperas del año nuevo. Sombras. Puñetazos. El gran tránsito. Tom y Jack se marchan…

El famoso autor de El amante de Lady Chatterley, una de las figuras literarias indiscutibles de nuestra época, el místico del sexo que horrorizó con su lucidez a los restos de la Inglaterra puritana, narra en esta obra, a través de la peripecia del joven Jack, su protagonista, el nacimiento de un mundo cargado de promesas, la Australia colonial de los últimos años del siglo XIX. Las preocupaciones básicas de Lawrence, su panteísmo, su concepción liberadora del sexo, se manifiestan con entera libertad en esta obra, clásica ya, prodigio de belleza formal, de análisis psicológico, "novela de aprendizaje" en el sentido goethiano, en el que el descubrimiento de la vida a través de la experiencia de un joven trastornado encierra una lección densísima de humanidad, al tiempo que revela el impulso transformador de un continente que se alza como potencia indiscutible del futuro.